FINAL
Cenizas
de un incendio
desparramó el viento
Lágrimas
de un entierro
lloró el aire seco
Cristales quebrados
soñaron
con un vientre de hielo
La sangre de los humanos
se mezcla con el infierno
de la peste
Y el sol se quema
en un cielo plano
donde todo miente
Es un espejismo
el lago de estaño
en donde el cisne muere
Y los bosques lloran
el rocío de la guerra
Y los pájaros cantan
la canción de la miseria
Y una lágrima se calla
detrás de la carcajada hueca
El fuego purifica
la faz de la tierra
Sólo cenizas quedan
Vuelan
Tan sólo vuelan….
Mariana Miranda
* (Premio Pablo Neruda, 1994, San Telmo, auspiciado por la Embajada de Chile en la Argentina, Ediciones, Centro de Artes y Letras de San Telmo).
POEMA Nº XI
Un angelito de lata
que se llevó la noche inmensa
Un angelito de azul
como la mar nuestra
Un Lucifer muy maldito
que derramando miseria
se llevó mi alma de pobre
almadepobrequesueña
Un angelito soñado
bajo una luna quieta
un angelito de antaño
Casi
como estas palabras nuestras
Un angelito de lata
que se llevó la noche inmensa
Un angelito de azul
como la mar nuestra
Un Lucifer muy maldito
que derramando miseria
se llevó mi alma de pobre
almadepobrequesueña
Un angelito soñado
bajo una luna quieta
un angelito de antaño
Casi
como estas palabras nuestras
Mariana Miranda
RUTA
Abismos de hielo
susurran los pétalos
de los ángeles
Lágrimas del infierno
lloran los diablos
en tu equipaje
Y vos
Viajante de viajantes
Empezás
Otra vez
Otra ruta de agua…
ESCRIBIR
Adoro escribir poemas en los bares
plagados de historias secretas
en cada borra de café
Adoro descubrir miradas ciertas
entre gente que se ama
y se dice una palabra
Admiro las historias de las gentes
mezcladas entre tantas otras gentes
caminando por ahí
Creo en las lágrimas
de las pasiones ciertas
En las palabras
que no siempre se dicen
por ese ¿qué se yo?
de los no audaces
Despierto en las vidas
de tantas otras vidas
que menean sus presencias
en las multitudes anónimas
Y mi voz
es el milagro de todo eso
a través de mí…
Abismos de hielo
susurran los pétalos
de los ángeles
Lágrimas del infierno
lloran los diablos
en tu equipaje
Y vos
Viajante de viajantes
Empezás
Otra vez
Otra ruta de agua…
Mariana Miranda
ESCRIBIR
Adoro escribir poemas en los bares
plagados de historias secretas
en cada borra de café
Adoro descubrir miradas ciertas
entre gente que se ama
y se dice una palabra
Admiro las historias de las gentes
mezcladas entre tantas otras gentes
caminando por ahí
Creo en las lágrimas
de las pasiones ciertas
En las palabras
que no siempre se dicen
por ese ¿qué se yo?
de los no audaces
Despierto en las vidas
de tantas otras vidas
que menean sus presencias
en las multitudes anónimas
Y mi voz
es el milagro de todo eso
a través de mí…
Mariana Miranda
RÉQUIEM
Réquiem
de trapos sucios y mojados
para tu entierro
de sangre
Lamentos
por haberte cobijado
dentro mío
Réquiem
de trapos sucios y mojados
para tu entierro
de sangre
Lamentos
por haberte cobijado
dentro mío
Réquiem para tus muertos
desmayados
en el bautismo de lodo
de los más largos
fantasmas
Réquiem de hojalata
para sufrir en cartón
las miles de muertes
de tu abortado adiós.
* (Premio Poetas y Narradores Contemporáneos 2007, Ediciones de los Cuatro Vientos, San Telmo, Bs. As.)desmayados
en el bautismo de lodo
de los más largos
fantasmas
Réquiem de hojalata
para sufrir en cartón
las miles de muertes
de tu abortado adiós.
Mariana Miranda
AL MARGEN
Calvario de místicos soles
atravesó la tierra inmensa
Miseria de los más pobres
que la atraviesan
Como un rayo de luz
una esperanza crece y crece
y no cesa
Y es como la promesa de más
detrás de cada nada que acecha
Y los Hijos de la Luz
caminan por esta tierra
Tienen hambre
Tienen hambre
Y la atraviesan
No los ven
No los escuchan
Son los Hijos de la Tierra
Sordos, ciegos y ausentes
Cadáveres malolientes
de posibles personas
Nadie los ve
Nadie los escucha
Son los hijos de la tierra
Tienen hambre
Tienen hambre
Y la atraviesan
Sólo su huella
queda
Son los hijos de la tierra
Casi como una miseria.
Calvario de místicos soles
atravesó la tierra inmensa
Miseria de los más pobres
que la atraviesan
Como un rayo de luz
una esperanza crece y crece
y no cesa
Y es como la promesa de más
detrás de cada nada que acecha
Y los Hijos de la Luz
caminan por esta tierra
Tienen hambre
Tienen hambre
Y la atraviesan
No los ven
No los escuchan
Son los Hijos de la Tierra
Sordos, ciegos y ausentes
Cadáveres malolientes
de posibles personas
Nadie los ve
Nadie los escucha
Son los hijos de la tierra
Tienen hambre
Tienen hambre
Y la atraviesan
Sólo su huella
queda
Son los hijos de la tierra
Casi como una miseria.
MANOS
Manos
frías
golpeadas
Manos
casi como tus alas
Patria
Manos de azúcar
que inventan caricias
que no existen
Manos de lluvias
que sangran el agua
que no nos diste
Manos que tejen
recuerdos milagrosos
Manos que no escuchan
las manos del odio
Manos
Manos heladas
Manos
Manos atadas
Patria
Y nos imaginamos tus manos libres
Nos imaginamos tus manos de alas
Nos perdemos todos en un sueño
Triste
es volver
a tus manos atrapadas
Manos
frías
golpeadas
Manos
casi como tus alas
Patria
Manos de azúcar
que inventan caricias
que no existen
Manos de lluvias
que sangran el agua
que no nos diste
Manos que tejen
recuerdos milagrosos
Manos que no escuchan
las manos del odio
Manos
Manos heladas
Manos
Manos atadas
Patria
Y nos imaginamos tus manos libres
Nos imaginamos tus manos de alas
Nos perdemos todos en un sueño
Triste
es volver
a tus manos atrapadas
Mariana Miranda
* (Premio Nicolás Guillén, San Telmo,1993, Premio Versibus, San Telmo, 1995, Publicada en Revista Guía de Rosario, agosto de 2008).-
MELINCUÉ
Los huesos de los ranqueles acribillados
duermen
en el lodo
de tus barros curativos
Melin emerge
harto del odio
hacia los blancos
Y del agua negra surgen los espíritus
que trafican las memorias
de los muertos
Y la historia
golpea
una y otra vez
tu tiempo
Y la historia
acribilla
una y otra vez
tu cielo
Y cada inundación
es un golpe a mansalva
masticando los recuerdos
Y el cisne miente
tus paisajes de ensueños
El cisne flota
en el límite del tiempo
y se desliza
Los huesos de los ranqueles acribillados
duermen
en el lodo
de tus barros curativos
Melin emerge
harto del odio
hacia los blancos
Y del agua negra surgen los espíritus
que trafican las memorias
de los muertos
Y la historia
golpea
una y otra vez
tu tiempo
Y la historia
acribilla
una y otra vez
tu cielo
Y cada inundación
es un golpe a mansalva
masticando los recuerdos
Y el cisne miente
tus paisajes de ensueños
El cisne flota
en el límite del tiempo
y se desliza
Mariana Miranda
* (Leído por Eduardo Serenelli en Edición Cyrano, F. M. Del Plata, el mes de setiembre de 2009).-
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